Investigadores de la Universidad del Temple han elaborado el árbol más grande y más preciso de la vida a la fecha y sorprendentemente, se revela que la vida se ha ido expandiendo a un ritmo constante.
"La tasa constante de diversificación que hemos encontrado indica que los nichos ecológicos de la vida no se están llenando o están saturados", dijo el profesor de Temple, S. Blair Hedges, un miembro del equipo de investigación que realizó el estudio, publicado en la edición en línea de la revista Molecular Biology and Evolution. "Esto es contrario al popular modelo alternativo que predice una ralentización de la diversificación conforme se llenan los nichos de las especies."
Investigadores de la Universidad del Temple han elaborado el árbol más grande y más preciso de la vida a la fecha y sorprendentemente, se revela que la vida se ha ido expandiendo a un ritmo constante.
"La tasa constante de diversificación que hemos encontrado indica que los nichos ecológicos de la vida no se están llenando o están saturados", dijo el profesor de Temple, S. Blair Hedges, un miembro del equipo de investigación que realizó el estudio, publicado en la edición en línea de la revista Molecular Biology and Evolution. "Esto es contrario al popular modelo alternativo que predice una ralentización de la diversificación conforme se llenan los nichos de las especies."
El árbol de la vida elaborado por el equipo del Temple se representa de una manera nueva, una vista inspirada en una galaxia cosmológica y contiene más de 50,000 especies en un tapiz espiral desde el origen de la vida.
Para el esfuerzo masivo del meta-estudio, los investigadores cuidadosamente ensamblaron datos de 2,274 estudios moleculares, publicados en un 96 por ciento en la última década. Construyeron nuevos algoritmos computacionales y herramientas informáticas para sintetizar la más grande colección de evolución de las especies en líneas de tiempo, revisada ​​por científicos y publicada hasta la fecha para producir este Árbol de Vida en el Tiempo.
El estudio también desafía la visión convencional de que la adaptación es la principal fuerza motriz de la diversificación de las especies, y más bien pone de relieve la importancia de los eventos genéticos aleatorios y el aislamiento geográfico en la especiación, fijando unos 2 millones de años en promedio para que una nueva especie pueda emerger a escena.
"Este hallazgo demuestra que la especiación es más dependiente del tiempo de lo que la gente ha pensado", dijo Hedges. "En conjunto, esto indica que la especialización y la diversificación son procesos separados de adaptación, respondiendo más al aislamiento y al tiempo. La adaptación está ocurriendo sin duda, así que esto no está en desacuerdo con el darwinismo. Pero va en contra de la idea popular de que la adaptación impulsa la especiación y en contra del concepto relacionado de equilibrio puntual que asocia cambio adaptativo con la especiación”.
Imagen de la nueva visión del árbol de la vida por la Universidad de Temple.
